El solar que mayor interés despierta al visitante es el Palacio de la Bárcena. Los restos del que fuera sin duda un magnífico conjunto de casa-torre con espléndida portalada se hallan hoy divididos, en mala conservación, cercados por la expansión urbanística e incluso quedaron dañados hace ya muchos años por un incendio; pero conservan aún el porte señorial y la apariencia inequívoca de haber sido albergue de un influyente linaje.
El recinto que tuvo muralla con tres torreones y almenas, contó con una capilla gótica debió construirse en el siglo XVI.

La casa-torre de Hoz de Marrón perteneció a la familia de los Escajadillo originaria de Ampuero. Este noble edificio construido en sillería tiene cuatro alturas, gran balconada corrida en la fachada principal y puerta con arco de medio punto rebajado. Enfrente, situado sobre los restos de una antigua muralla, hay un vistoso reloj de sol en buen estado de conservación.

En el pequeño barrio de la Edilla, además de una estupenda bolera de pasabolo se pueden contemplar buenos ejemplos de arquitectura montañesa, como la excelente casa conocida por el Palacio de los Villanueva Pico, del siglo XVI, con torre adosada, esplendido escudo y soportal con dos arcos de medio punto. En la heráldica una inscripción debajo de la cara de un guerrero dice: "Malo mori quam foedari" (Prefiero morir que ser mancillado). Frente a esta hay otra con arcos y del siglo XVII.
En lugar de regresar por Bernales, podemos tomar en el cruce de Cadalso dirección a Cereceda y coger allí una pista en buen estado que nos conduce hasta el barrio ampuerense de Rocillo, donde merece la atención el puente de piedra, casi cubierto por la maleza, situado en el cruce de Cadalso que es del siglo XV ó XVI y la iglesia gótica de Cereceda, recientemente restaurada.

En el barrio de Cerbiago, junto a la iglesia de San Mamés, se encuentran dos casas, una con el escudo de Escajadillo, timbrado con yelmo, y al lado la de su mujer, Ana de Espina, tiene yelmo, penacho con plumas y un angel en la parte inferior.

En Hoz de Marrón, muy cerca del Santuario de la Bien Aparecida, se ubica la iglesia parroquial de San Pedro, que se levantó en el siglo XVI. En su interior, se hayan excelentes retablos y varias tallas de Cristo crucificado de interés y antigüedad.

La iglesia de Ampuero se erigió a finales del siglo XV y a lo largo del siglo XVI, de acuerdo a los cánones del arte gítoco. La Fachada principal es sobria y de grandes proporciones, en ella destaca la puerta de acceso de estilo renacentista, cobijada por una bóveda de cañón, delimitada por columnas dóricas y con frontón que se corona en pirámides. En lo más alto campea la espadaña de dos troneras y frontón curvo partido.
En el interior la plana es rectangular, con tres naves de similar altura, separadas por cuatro grandes columnas cilíndricas de las que surgen los nervios de las bóvedas, siendo los dos pilares anteriores más antigüos, los que evidencia que el templo fue construído en fases sucesivas.

La Virgen Niña, acual patrona de Ampuero es una imágen moderna que contempla rasgos de mucho realismo y fina expresividad. Al parecer esta Virgen fue un regalo de un indiano al pueblo el siglo pasado. Hoy es querida por los ampuerenses y en septiembre tutela las fiestas de los Encierros.
En el transcurso de las obras del ambicioso plan de remodelación que comenzó en 1.994, un gran número de tumbas fueron descubiertas a lo largo de casi todo el suelo del templo, por lo que es de suponer que en siglos anteriores el piso de la iglesia fuese usado como cementerio.

En las riberas del Asón, junto a una frondosa arboleda y al borde de la carretera que conduce de Marrón a Udalla, se alza la singular iglesia de Santa Marina, de la que aunque poco se conoce sobre sus orígenes, hay una tradición que los vincula con la Orden de los Caballeros Templarios, que supuestamente se afincaron en este lugar en un antiguo monasterio, con el fin de proteger a los viajeros que atravesaban el Valle del Asón.

La iglesia de Marrón de 1.941 alberga la Virgen de la Mar, que la según una leyenda llegó hasta Marrón en una barca a través de la ría.

La ermita de piedra arenisca de las Nieves, cuya festividad se celebra el 5 de agosto, se construyó al parecer en el siglo XVI y su primivo retablo fue de piedra, pero una tormenta lo arruinó en 1.884. La imágen de la Virgen es de influencia gótica, y prototipo de las imágenes de lindes, situadas en lugares muy estratégicos en lo alto de montañas que demarcan un valle con otro.

El santuario de nuestra señora la Bien Aparecida se halla a 5 kilómetros de Ampuero, encumbrado en el Collado de Somahoz. Catorece obeliscos de granito, las estaciones del viacrucis, jalonan este trayecto bordeado por eucaliptales y luego a medida que se asciende abierto a magníficos paisajes. Para algunos es tradición obligada subir andando esta cuesta, sobre todo el 15 de septiembre, festividad de la Virgen, y en el camino parar ante cada estación para leer los versos inscritos. La iglesia, el convento, así como el entorno de robledales y prados que conforman la Bien Aparecida, es un conjunto histórico declarado "Bien de Interés Cultural".
Los orígenes de la construcción del Santuario van ligados a la aparición de la Virgen en 1.605 y al enorme fervor religioso que despertó en gentes de muchos lugares que comezaron a afluir en peregrinación a Somahoz, en un principio a una antigua ermita dedicada a San Marcos que acogió la pequeña talla. A inicios del siglo XVII comenzaron a levantar el actual templo y su terminación se sufraga con las constantes limosnas de los peregrinos e indianos, la aportación personal de muchos vecinos y los beneficios económicos que trajo consigo el Privilegio de Ferias y Mercados concedido por Felipe V a este lugar, ampliado despues por Carlos III.