La villa de Ampuero se
asienta en un amplio valle cuyas fértiles mieses baña el
río Asón y su afluente el Vallino.
Desde lo alto del Pico de las Nieves, la montaña más
elevada de los contornos, que se distingue por cobijar en su cumbre
una ermita; desde el monte Candiano, esa otra fácil de
identificar por su antena de televisión ó desde otros
tantos miradores naturales que circundan el municipio, el viejo casco
urbano se divisa módico y apretado pero en cualquier
perspectiva singular y reconocible. Los puentes, la iglesia ó
la palza de toros son como piezas de un puzzle gigante que quiebran
cualquier fisonomía monótona y confieren los rasgos de
identidad de esta localidad famosa por la pesca de salmones y sus
encierros.
Resulta patente la expansión del municipio, que parece
escapar del espacio impuesto por el cauce de los dos ríos que
atraviesan la población, en la que se observan bárcenas,
huertos, instalaciones deportivas y un notable polígono
industrial.
En toda la comarca del Asón existen yacimientos arqueológicos
que manifiestan un poblamiento primitivo, desde cavidades situadas en
los acantilados de la bahía montañesa, como los de la Peña
del Perro con abundantes materiales del Magdaleniense hasta otras
cuevas encaramadas en laderas montañosas más al
interior. En Ampuero han sido descubiertos utensilios de piedra del
Paleolítico Superior y Medio y fragmentos de cerámica de
la Edad del Bronce de la Cueva de la Honda, situada en Hoz de Marrón,
de unos 2.500 metros de profundidad. A poca distancia de la Bien
Aparecida se encontró un hacha pulida de magnesita.
En la sierra colindante, entre Limpias, Liendo, Guriezo y Ampuero
se han investigado recientemente yacimientos megalíticos muy
significativos con estructuras de dólmenes y menhires que
evidencian el asentamiento de esta zona de grupos humanos dedicados a
la caza y recolección de unos 5.000 años.
El monumento arqueológico más importante es el
menhir del Yelso de Hayas, piedra arenisca de más de tres
metros de altura, colocada directamente sobre la roca natural y que
hoy sirve de estratégico mojón divisorio de tres
ayuntamientos, y que se encuentra en el barrio de Santisteban, tras
subir por la carretera de Cerbiago. En el Valle de Rasines, y ubicada
al fondo de una extensa mies se halla una cueva muy bien indicada en
cuyo interior se descubre un paraíso para espeleólogos,
pues posee 50 kilómetros de desarrollo, aunque es peligrosa por
las súbitas crecidas del río que en ella nace, el
Silencio.
El intinerario desde Ampuero a Udalla es de los que mejores
paisajes ofrecen, ya que su recorrido a la orilla del río Asón,
nos proporciona excelentes lugares para hacer un alto en el camino.
Candiano, con 500 metros de altura es una de las cumbres más
destacadas del valle y de toda la comarca, con un privilegiado mirador
que permite contemplar quizá las mejores panorámicas de
la desembocadura del Asón y el circular de su ría. |
Roble del Horcón
Río Asón
Puente de las Toberas, en Ahedo
Antigua Rebolla, en Cerbiago |